Está claro que esta pregunta no
tiene una respuesta universal con la que todo humano existente sobre la faz de
la Tierra esté de acuerdo; hay quien piensa que el gobierno debería estar
formado por personas que actúen según valores y normas eternas que trasciendan
a las personas, procedentes de la religión o de tradiciones centenarias; otros
opinan que debe establecerse un sistema sustentado por principios racionales
(igualdad, libertad…); otros confían en el carisma y la personalidad de su
líder…
En mi opinión, la respuesta está
bastante clara: es el pueblo quien debe gobernar. Es obvio que es complicado
formar una asamblea que incluya a absolutamente todos los ciudadanos, por lo
que lo más lógico sería elegir a cierto número de representantes, aunque, eso
sí, dichos representantes deberían consultar a menudo la voluntad del pueblo en
temas importantes (mediante instrumentos tales como referéndums y similares), y
no únicamente cada cuatro años en el transcurso de unas elecciones dudosamente
democráticas. Este sistema exigiría que todos los ciudadanos tuviesen una
mínima preparación política y se interesasen por ella, para no tomar decisiones
basadas en la ignorancia; y que a la hora de decidir tuviesen en cuenta lo
mejor para todos, y no pensasen únicamente en sus propios fines.
Además, los representantes
deberían ser personas a las que se les exigiera un nivel mínimo de formación
(por ejemplo, una carrera universitaria medianamente relacionada con la
política) y, aunque tendrían un sueldo que les permitiera vivir de forma
holgada y con ciertos lujos, no gozarían de privilegios excesivos (o, al menos,
no superiores a los que podría disfrutar un médico o un profesor, ya que, en mi
opinión, la aportación de estos últimos a la sociedad es mayor). Además, los
representantes también deberían tener un comportamiento modélico, lo cual
quiere decir que en época de apretarse el cinturón, ellos también
deberían hacerlo, al igual que el resto de ciudadanos; y, por supuesto la
corrupción estaría altamente castigada.
De esta manera, tendríamos un sistema más justo,
y no como las falsas democracias en las que muchos vivimos sin saber que lo
son.
Primero, el pajarito despista, no te puedes centrar en la lectura con el bicho volando por ahí...
ResponderEliminarSegundo, tu entrada tiene que ver con lo que hemos visto en calse sobre Habermas. Podías citarlo.
Tercero. Una maldad. Si como dices la principal función de los representantes es esa, representar, y la mayor parte de los españoles no tienen una alta formación ¿Por que exigir a los representantes que la tengan?
Saludos (a todos menos al bicho azul)